jueves, 29 de noviembre de 2007

He Aprendido...

He aprendido que una sonrisa salida de mi corazón es expresión de mi cariño y afecto para quienes me rodean, así ellos no lo perciban.He aprendido que una mirada sincera, tan solo de cinco minutos, sin pronunciar palabras es tan profunda, y tan especial que eternamente recordaré.
He aprendido a perdonar mi pasado y a perdonarme por mi pasado que nunca cambiará, y por aquello que nunca debí haber hecho pero que hice. A perdonar a quienes me rodean, aceptando que somos diferentes.He aprendido a expresar mis sentimientos de amor, aprecio y respeto a aquellas personas que han sido importantes en mi vida. Quizá hoy sea mi último día, y no quisiera irme sin haber dicho: Te amo, te quiero, te respeto, gracias, eres importante para mi... discúlpame, te entiendo, lo lamento.
He aprendido a admirar la belleza de la naturaleza, de las estrellas, de la lluvia, del sol, de la luna, y sobre todo de quienes me rodean, y a ser tolerante frente a cosas que no puedo cambiar.
He aprendido a sobreponerme de los fracasos, y a ver cada dificultad como un reto para mejorar.He aprendido que yo sin los otros no podría vivir. No quiero estar sola nunca. Y no es la soledad física. Es aquella soledad tan profunda que mi corazón la siente en lo más profundo de mi misma. Y por esto he aprendido que cada vez que comparto algo que puede enriquecer a otros, más me enriquezco yo, y menos sola me siento.
He aprendido que amigo es aquel que respeta el silencio, a pesar de querer saber más. Que amigo es quien esta contigo en tu silencio y tu cuentas con el cuando quieras, sin agredir tu intimidad.
He aprendido que el amor se expresa de diferentes formas. No solo el amor de pareja, de familia, sino entre amigos y las personas que nos rodean. Tan solo basta un pequeño detalle del corazón expresado a través de palabras, gestos, sonrisas o miradas.
He aprendido a llorar, y expresar a través de mi llanto la nostalgia de un pasado que pudo ser y no fue, y la oportunidad de proyectar mi vida hacia ese futuro lleno de posibilidades ilimitadas para compartir, amar, soñar, esperar, dar, recibir, en fin vivir.
He aprendido muchas cosas, y agradezco a todos por haber leído mis aprendizajes. Obviamente quiero aprender mucho más de muchas cosas, y posiblemente este equivocada en mis aprendizajes, pero igual es parte de este proceso de crecimiento tan individual y tan compartido por tantas personas, que creo que en la medida que compartamos nuestros aprendizajes más desarrollo tendremos no como personas individuales, sino como partes de un planeta mundo en el cual vivimos muchos seres llamados humanos.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Como fue que una simple pelea nos alejo tanto ¿?

Hay veces en el día en que de la nada me acuerdo de ti, me dan ganas de mandarte un mensaje, un mail o solo llamarte –como hoy- … me pongo a pensar y me pregunto si tú también me extrañas como yo a ti; pero no hay respuesta. Recuerdo las noches que hemos pasado juntos, de las risas, de las bromas y las peleillas, de los abrazos, de las carisias y los besos.

Y así como en este entonces que dejo de escribir… no hago nada más que pensar en la distancia que nos inunda.

viernes, 9 de noviembre de 2007

... Y así como en ese entonces...

... Corría la obra y era como si fuese ella misma quien interpretaba ese papel... en donde se mezclaba la realidad con la fantasía, en donde ese límite era imperceptible...fue así como Elisa fue poco a poco enamorándose de su rol, de cada línea y movimiento, de cada escena y espacio, pero sobre todo, de aquel actor que reencarnaba el mejor de los personajes, del que toda la gente admiraba por su capacidad de convencer y de por darle forma a tan vanos sentimientos... sentimientos que salían de su garganta, pareciendo fluir de su corazón... ella esperaba con ansias subirse a las tablas e interpretar con gran felicidad su rol, pero para Carlos era otro montaje más, repitiendo una y otra vez lo mismo pero para un público diferente... en lugares diferentes...

Por otro lado Elisa, dejándose llevar por sus emociones, fue absorbida por aquella obra... imaginaba cuan feliz se sentiría poder vivir en ese mundo con Carlos, poder traspasar los límites del tiempo y del espacio, poder fundirse en su rol para no despertar de ese sueño que vivía despierta... de la representación más maravillosa que cualquier director le hubiese ofrecido...lo hizo parte de ella, lo hizo su razón de ser... Y así lo sintió Carlos; y así se lo hizo sentir a Elisa... que lentamente se convencía que aquél texto que Carlos memorizaba y mirándola a los ojos le decía, se convertían en respiros cálidos, en miradas penetrantes, en gestos estremecedores y sentimientos verdaderos...que momentos aquellos! eran los mejores, fueron aplaudidos y adorados... prometieron llevar su historia hasta el último rincón del planeta y montarla por mucho tiempo más, pero como todo suceso tiene un final, no fue excepción para este, más rápido de lo normal, más fugaz que otros... Carlos se marchó... sin explicación ni motivos... como el mejor actor caminó hacia otros rumbos, debió ser su personaje, debió ser el temor al éxito, debió ser mucho rol para poder interpretarlo, debió aburrirse su buena profesión, de hacer creer cosas que no son... debió volver a su realidad... desperdiciando la que Elisa le ofrecía, de esa fantasía hecha materialidad, de su buena compañera de trabajo... y más que eso......

Elisa, tras bambalinas, quedó con su maquillaje y vestuario puesto, con lágrimas en los ojos, esperando a aquel actor que se marchó, esperando poder interpretar la obra y poder despojarse alguna vez de tan maravilloso papel, del cual no decidió desprenderse jamás... quizás con la esperanza de que otro lo reencarnara... y de poder experimentar nuevamente ese mundo mezclado de sueños, fantasía y realidad......

Y así fue como Elisa quedó con el ataúd comprado, para aquel último recuerdo que no murió...










Texto.
Javiera Pino ..!!

jueves, 1 de noviembre de 2007

Nos besamos , sin mirarnos, sin juzgarnos
y lo hacemos ajenos al mundo cuando a esa fisión
se le suma un sentimiento más profundo.
Es un sello final de cercanía, que confirma un
sentimiento invisible,
oculto a veces, pero el más Verdadero.